Hasta el 80% de la población ha sufrido de insomnio
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 26, Ago 2019Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Cerca de 5 millones de personas padecen dermatitis atópica
De acuerdo con expertos en trastornos del sueño, las personas que padecen insomnio son mucho más sensibles a presentar dolor que aquellas que no tienen dificultad para dormir.
Esta relación entre sueño y dolor deteriora la salud y calidad de vida de quienes padecen ambos problemas; además de que se pueden volver crónicos si no se busca una solución a tiempo.
De acuerdo con la Facultad de Medicina de la UNAM, se estima que hasta el 80% de la población ha sufrido de insomnio transitorio al menos una vez en su vida y el dolor es una de las causas más frecuentes.
Óscar Sánchez Escandón, coordinador de la Clínica de Trastornos de Sueño del Centro Médico ABC, explica que, aunque son muchos los factores relacionados a ambos padecimientos, el estrés como expresión de una enfermedad de base, con frecuencia desconocida para los pacientes, es uno de los principales detonantes, tanto del insomnio ocasional como del dolor.
Asimismo, la mala postura que genera el uso excesivo de celulares, computadoras y tabletas son causas que pueden provocar principalmente dolor de espalda, cuello y hombros. El sueño y el dolor además de compartir funciones y estructuras cerebrales, también son regulados por los mismos neurotransmisores como la norepinefrina, epinefrina, serotonina, acetilcolina y otros neuropéptidos; que al sufrir una alteración en su equilibrio afecta el proceso del sueño y en consecuencia también incrementa la sensibilidad al dolor.
No tener un descanso óptimo durante una sola noche es suficiente para sentiste como un “zombie”, ya que además de dolor, “el insomnio ocasiona fatiga y afecta la respuesta sensorial.
Disminuye el rendimiento laboral y/o escolar, y aumentan los errores y accidentes en el trabajo; incluso, la capacidad de concentración y atención también disminuyen”, explicó la doctora Diana de la Orta, psicóloga y terapeuta de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.
También puede generar problemas como irritabilidad, ansiedad, hiperactividad, impulsividad o agresión; además, tiene un impacto negativo en el estado de ánimo y es un factor de riesgo para desarrollar depresión a largo plazo. Para detener este efecto es importante tratar el sueño y el dolor en conjunto. Para ello, Bayer desarrolló un nuevo analgésico llamado Flanax Nocto, que combina naproxeno y difenhidramina, sustancias que ayudan a eliminar las molestias.
****
La dermatitis atópica moderada a grave se caracteriza por brotes o nuevas lesiones, que a menudo cubren gran parte del cuerpo; entre sus manifestaciones puede incluir; comezón intensa y persistente, además de sequedad de la piel, agrietamiento, enrojecimiento, sangrado, formación de costras y supuración.
Se estima que en México alrededor de cinco millones de personas padecen dermatitis atópica, afectando tanto a niños como adultos, sin embargo, en adultos es más grave y difícil de tratar. ES una enfermedad autoinmune se desconoce su origen y no se cura pero se puede controlar. La doctora Norma Hilda Segura, jefe del servicio de Alergia e Inmunología del Hospital de especialidades del CMN Siglo XXI, anuncia que ya se encuentra en México Dupilumab primer anticuerpo monoclonal para pacientes adultos con dermatitis atópica moderada a grave que no responden adecuadamente a los tratamientos tópicos y/o o cuando están contraindicados. Afirma: “Este tratamiento innovador mejora la calidad de vida al permitir que el paciente realice todas sus actividades diarias de forma normal, sin preocuparse por los brotes de la enfermedad. Este biotecnológico se administra vía subcutánea, con una sola inyección cada dos semanas, e inhibe la repuesta inflamatoria de la piel desde la segunda semana de uso, ofreciendo una vida más sana y controlada al paciente.” Dupilumab ha sido desarrollado en conjunto por Sanofi y Regeneron
. En 2017, fue aprobado por la Agencia de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y en 2018 por la COFEPRIS.